¿Sabía Rodolfo Walsh, aquel fatídico día en que salió a dejar en todos los buzones su "Carta abierta a la Junta Militar", aquel día en que murió acribillado por el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada, de la inmensa transcendencia que tendría su nombre con el correr de los años? ¿Lo podía prever? ¿Él que siempre se jactó de no ser un buen narrador, un militante disconforme, un periodista al que le costaban mucho las cosas?
Lo cierto es que Rodolfo Wlash trascendió. De la mejor manera. Como hombre jugado con su tiempo. Como gran escritor. Hoy, por ejemplo, en el día del periodista siempre se recuerda su nombre.
Pero Rodolfo fue mucho más que eso. Fue, por ejemplo, el escritor que alguna vez escribió uno de los mejores cuentos en la historia de la literatura argentina: "Esa mujer".
Allí, el cadáver momificado de Eva Perón es el elemento tácito para desplegar un relato político contundente, con una eficacia narrativa que lo coloca entre lo mejor de nuestras letras nacionales. O el investigador que terminaría escribiendo "Operación Masacre", uno de sus textos emblemáticos, en donde une investigación periodística con narración literaria, donde se cuentan los fusilamientos de cinco civiles en los basurales de José León Suarez en 1956.
A Rodolfo Walsh siempre se lo conoció por sus relatos de no ficción, es decir textos en donde preponderaba la investigación como es el caso de la mencionada "Operación Masacre" o "¿Quién mató a Rosendo?", textos que inmediatamente despertaban reacción en la sociedad.
O también por aquella "Carta Abierta a la Junta Militar", la que probablemente le trajo la muerte al mismo escritor. Aquel texto en donde la valentía de un hombre confrontaba con un inmenso aparato de poder destructivo como fue el de la dictadura militar.
Lo que no se conoció tanto de toda la producción de Walsh fueron sus cuentos. Que son, como decía, de lo mejor de nuestra literatura: "Variaciones en Rojo", "Un kilo de oro", y "Los oficios terrestres" vienen a completar el corpus de una producción que es necesario revisar, investigar y no olvidar.
Palabras de un hombre que sabía demasiado, de un hombre valiente que se jugó su vida por lo que pensaba, de alguien que supo plasmar en sus textos a su tiempo histórico.
Textos para pensar y no olvidar. Para que el recuerdo de Rodolfo Walsh sea un sendero en el camino de todos aquellos que pretenden trabajar con la palabra, informar, contar, este tiempo en que vivimos.