De 11 leyes, ninguna fue iniciativa del bloque de La Libertad Avanza. La mitad de las sesiones fueron especiales y la oposición tuvo que emplazar 20 proyectos a comisiones.
Terminaron las sesiones ordinarias del año legislativo con una pobre performance, la peor de la última década: 22 sesiones, de las cuales 11 fueron especiales, 11 leyes sancionadas, 20 emplazamientos a comisión, 7 vetos del Poder Ejecutivo y 5 DNU rechazados.
Durante todo el 2025, no hubo proyectos de La Libertad Avanza convertidos en ley.
Falta de consensos y uso intensivo de herramientas de control por parte de la oposición caracterizaron el opaco período, donde el oficialismo no tuvo el peso suficiente ni la capacidad de negociación para imponer agenda durante el año legislativo.
El hecho de que, de 22 sesiones, 11 fueran especiales, evidencia las dificultades de las fuerzas políticas para acordar temas a tratar.
Otra característica que tuvo el año fue que también lo marcó un uso inédito de los emplazamientos a comisión.
Se pasó de un máximo de 3 pases a comisión en períodos anteriores a 20 en 2025, una señal de que la oposición buscó forzar el tratamiento de proyectos frente a un oficialismo que evitó habilitar debates.
Las leyes sancionadas
Entre las leyes sancionadas se encuentran 3 acuerdos internacionales, pendientes desde la presidencia de Alberto Fernández, y 8 iniciativas impulsadas por la oposición:
La declaración de emergencia en Bahía Blanca.
Dos aumentos para jubilaciones.
La Emergencia en Discapacidad.
La modificación a los aportes del Tesoro de la Nación a las provincias.
El financiamiento de universidades nacionales, la Emergencia en Salud Pediátrica y la Ley Nicolás.
Durante todo el 2025, no hubo proyectos de La Libertad Avanza convertidos en ley.
De las 11 leyes aprobadas, 7 fueron vetadas por el Poder Ejecutivo. En 3 de esos casos el Congreso insistió y revirtió los vetos.
En esta dinámica, el Palacio Legislativo operó como un territorio opositor, con un uso intensivo de herramientas legislativas para sostener su agenda y limitar al oficialismo.
La tensión entre ambos poderes también se expresó en el control de los decretos de necesidad y urgencia: en 2025 se rechazaron 5 DNU sobre un total de 33.
La estrategia legislativa del oficialismo estuvo condicionada por su debilidad numérica.
El desafío de construir alianzas
Sin embargo, la nueva composición del Congreso tras las elecciones del 26 de octubre, abre un panorama más favorable para el Gobierno, que podría pasar de una lógica defensiva a una más propositiva si logra construir las alianzas necesarias.
La Libertad Avanza tuvo representación muy minoritaria, y a los aliados con los que ganó el balotaje en 2023, por distintas razones, no logró meterlos en el consenso que necesitaron durante las sesiones.






